Baena


Con ese afán de hacerse presente, complementando el pasado con el futuro, la sociedad y el ayuntamiento de Baena han hecho de BaenaCultura el motivo en torno al cual giran las expectativas de desarrollo social y económico de las próximas décadas. La recuperación, rehabilitación, puesta en valor y adecuación cultural y turística de algunos enclaves naturales y culturales del municipio, cimientan un modelo que presenta ya los primeros frutos y perfila nuevas y sorprendentes propuestas para el devenir más inmediato.

La historia de Baena incluye signos e incertidumbres que guían la búsqueda de una identidad propia por parte de sus habitantes e invita a la visita a aquellos que gustan de dejarse llevar por el misterio y la capacidad de sorpresa. Una joya visigótica, conocida como el “Crismón de Baena” encierra como pocos símbolos ese carácter rico y diverso, esas alfa y omega entre las que se intercala un pasado que ha comenzado a desvelarse, no exento de incógnitas como el paradero del propio Crismón, desaparecido hace dos décadas del Museo Arqueológico Nacional, o el nombre del principal enclave histórico habitado en el espacio rural del municipio, la ciudad que conocemos como Torreparedones, ibera y romana primero, enclave militar después durante el Medievo y redescubierta en las recientes excavaciones.

Los restos materiales son en Baena apuntes vivos que ayudan a desentrañar éstas y otras dudas: el sentido y el ritual que condujo a numerosos caminantes a depositar sus exvotos en el santuario ibérico levantado junto a la Fuente de la Romana, en Torreparedones; el lugar exacto donde tuvo lugar la célebre batalla de Munda librada entre Julio Cesar y los hijos de Pompeyo, o los caminos que los mozárabes comenzaron a utilizar coincidiendo con el temprano despertar de las peregrinaciones a Santiago de Compostela, siendo tal vez acogidos en ese Hospital de Peregrinos y Transeúntes abierto en la calle Mesones ya en 1555.

La aventura que Baena Cultura propone, penetra en el subsuelo, abriendo paso a una de las escasas cuevas formadas sobre yesos que en el mundo pueden visitarse. Los lagos de la Cueva del Yeso son una muestra más de ese mar que caracteriza al suelo de estas tierras esteparias del sudeste cordobés. Lagunas, salinas y aguas salobres del Guadajoz, conducen aguas arriba hasta Albendín, donde la vieja noria en su girar, trasciende las horas del tiempo para adentrarse en la ancestral cultura hortícola de sus gentes, mientras que el Embalse de Vadomojón da cuenta de modernos regadíos y facilita la actividad recreativa y deportiva.

En el centro histórico de la ciudad, un renovado Museo Histórico, localizado en la Casa de la Tercia, atesora una excelente colección de piezas, llamadas a levantar por igual la admiración como la interrogación de los visitantes, incapaces de resistirse a la hora de ensayar explicaciones que aclaren singulares aspectos del pasado, como la enigmática sonrisa de un león ibérico, un giocondo pétreo parido en estas tierras de cereal y olivos. A escasos metros parece resurgir de sus cenizas el Castillo Medieval de Baena, una imponente obra de reminiscencia militar actualmente en restauración, que busca recuperar su liderazgo físico en plena Almedina.

El aceite no fluye por las cañadas pero impregna el aire y conduce los pasos hacia las almazaras, algunas de las cuales son también lugar de estancia y aprendizaje de la más tradicional como contemporánea oleocultura. La Almazara Núñez de Prado y el Museo del Olivar y el Aceite son lugares destacados de este itinerario recomendado para el aprendizaje y disfrute de los sentidos.

Baena Cultura es un libro abierto que gusta de ser leído. Para ello se hace confortable el lugar y se mima al invitado que llega, tras haber puesto fácil su desplazamiento, cuidando la bondad de las comunicaciones. Hay aeropuertos cercanos en Granada o Málaga. Tren de Alta Velocidad en Córdoba. Todo ello sin descuidar los medios para aquellos que gustan del viaje más reposado, sea montado en bicicleta o caballo, o sencillamente a pie, a través de la Vía Verde del Aceite, que como aconteciera cuando ésta albergaba la línea férrea, continua teniendo una estación terminal en Baena. O para aquellos que aspiran a tocar las estrellas en su peregrinación a Santiago de Compostela, el Camino Mozárabe que arranca en Málaga o Granada, se unifica en Baena, afortunado lugar de parada y fonda, tras la que será más fácil entender aquello que el paisaje dibuja ante los ojos del caminante.


Fuente: Baena.es



Baena tierra de aceites ...............


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